4.
Cr?tica del Deporte Realizado en la Escuela
Bajo la perspectiva expuesta en el apartado anterior, podemos asegurar sin
miedo a confundirnos que, en general, el deporte que se hace en el medio escolar
no es educativo. No es una pr?ctica conformadora, sino deformadora de la personalidad del practicante, pues s?lo estimula
algunos aspectos puntuales y, por lo
tanto, deforma la homogeneidad que debe sugerir toda actividad educativa.
El deporte escolar se presenta como un modelo reducido del macromodelo
deportivo, y antesala de ?ste. En sus sesiones se ense?an las t?cnicas y t?cticas que
en las pr?cticas de los profesionales est?n vigentes, y ello no ser?a malo, si esto no
fuera el fin educativo que se enarbola como justificaci?n de las mismas.
Se elaboran mini-deportes que en su origen son adaptaciones, teniendo en
cuenta elementos morfo-funcionales de los principiantes, pero en la realidad son
las mismas formas y finalidades que el deporte-grande.
Estas adaptaciones del reglamento, atendiendo a los par?metros indicados, son
del todo insuficientes para construir modelos dirigidos hacia la persona, no al
deporte, Pero a?n as?, no son mayoritariamente aceptadas en la iniciaci?n, por tener
grandes problemas de transferencias posteriores al modelo dominante, lo que pone
m?s aun en evidencia su validez, aumentando el desconcierto pedag?gico que generan esas pr?cticas. Por otro lado, el profesional que practica un
deporte dispone
de todo el tiempo necesario para entrenarse y poder competir, mientras que el
tiempo dedicado al deporte escolar es, a todas luces, insuficiente para asimilar
toda esa cantidad de cosas, para aprender, del modelo profesionalizado. Vienen
las prisas y aquello de que el fin justifica los medios, realiz?ndose pr?cticas
injustificables desde cualquier perspectiva pedag?gica, desatendiendo incluso las
m?nimas condiciones exigibles a una pr?ctica con seres inteligentes. Esta pr?ctica
no s?lo es inadecuada sino tambi?n incongruente, pues se aplica en forma
indiscriminada a todos los alumnos de la clase, incluso al total de los escolares de
esa instituci?n docente, cuando s?lo con mucha suerte tres o cuatro alumnos, en el
mejor de los casos, podr?n realizar el deporte a nivel competitivo que se les ense?? de esta forma, para ese fin. Los entrenadores se lamentan del nivel de
abandono de la pr?ctica deportiva cuando los alumnos tienen cierta edad, y lo atribuyen a
los estudios, a las compa??as, a cualquier cuesti?n, evitando las personales de falta de competencia y
atracci?n por la actividad, que seg?n Marc Durand (1988) son las principales causas del abandono.
Ambas soslayables con una pr?ctica orientada seg?n lo indicado en nuestra anterior
propuesta.
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Si ?stas son las condiciones en que mayoritariamente se realizan las pr?cticas,
la situaci?n en la que compiten nuestros escolares no es menos anacr?nica. Por
un lado est?n los intereses de las instituciones que desean, por aquello que lo
importante es participat; unas competiciones multitudinarias, no hay m?nimos, no hay
selecciones, todos participan. Ocasionan estas condiciones, su encarecimiento
que conlleva su reducci?n, y su masificaci?n con los graves problemas de
infraestructuras,audemars piguet replica watches
pues es necesario concentrar gran n?mero de confrontaciones en
escasas horas y lugares. De otra parte, est?n los deportistas, que aprisionados por
las reglas de competici?n, no pueden dar gusto a todas sus necesidades
competitivas. Solo les dejan participar en un n?mero de actividades
deportivas, deben sufrir en sus propias carnes la heterogeneidad que la masificaci?n
ocasiona, s?lo est?n inducidos por motivaciones extr?nsecas, las competiciones m?s interesantes
coinciden con los ex?menes m?s importantes, y pod?amos relatar un sinf?n m?s de
situaciones que conducen inexorablemente al abandono. Pero a?n hay otra parte
implicada, y que influye de modo fundamental en la competici?n, la familia del
deportista. En estas edades, el entorno familiar es decisorio para la permanencia en la
competici?n. Desde la familia que se empe?a y ven a su hijo campe?n, atosigando
a su entrenador, colegio, y al mismo protagonista, hasta aquella que tiene
organizado el fin de semana, ignorando, o dando otras opciones, en la mayor?a de los
casos coyunturales, al inter?s del ni?o deportista. Tanto una situaci?n como la otra
son l?mites, pero habituales, y las intermedias, por neutras, tampoco satisfacen y
acomodan el entorno del deportista. Esta situaci?n de intereses encontrados
desvirt?a la competici?n y la irracionalidad se apodera de la misma, haci?ndola
insostenible, pues no hay una compatibilidad entra la pr?ctica y la competici?n, no
existe un modelo pedag?gico de la pr?ctica que se vea reflejado en unas condiciones
pedag?gicas de su momento competitivo. Y aunque reconocemos que algunas
instituciones intentan lograr un clima m?s educativo en los planteamientos pedag?gicos
de sus competiciones, no se encuentran con el entorno favorable para reconducir
el deporte escolar, por falta de incomprensi?n de los dem?s estamentos
implicados, que se sienten agredidos en sus intereses, y despose?dos de sus
competencias. Por todo ello creemos necesario modificar totalmente las condiciones del
deporte escolar, u-boat replica watches
con las propuestas que a continuaci?n sucintamente
exponemos.
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5.
Propuestas B?sicas para un Deporte Escolar Educativo
La primera propuesta es previa a todas, y consiste en desvincular la ?Pr?ctica
Deportiva Escolar? (P.D.E.) -la de aquellos alumnos que en determinada edad
presentan talento para una especialidad deportiva- de la ?Pr?ctica Escolar
Deportiva? (P.E.D.) del resto de alumnos que no disponen de este talento.
Debemos secuenciar estas dos pr?cticas. La Pr?ctica Escolar Deportiva (P.E.D.) es com?n a todos y
previa a la otra pr?ctica especializada. Debe permitir la educaci?n de toda la poblaci?n escolar, y
orientar a los que tienen talento hacia una posible especializaci?n, pero tambi?n permite la pr?ctica
del resto de los ni?os/as. En un momento dado, las dos pr?cticas llevar?n caminos distintos. El
escolar con talento realizar? los dos tipos de pr?cticas mientras pueda; el resto, s?lo la no
espec?fica (P.D.E.). El momento de esta separaci?n estar? sujeta a criterios objetivos como: grado de desarrollo
biol?gico, entorno del deportista, afinidad psicol?gica con la pretendida especialidad, evaluaci?n
objetiva de los aprendizajes espec?ficos, componentes cognitivos, etc. Como vemos, todos ellos,
referidos al sujeto, que es el protagonista, el deporte ser? sencillamente el decorado y la especialidad
el argumento, las instituciones no deben de aparecer en esta obra.
La ?Pr?ctica Escolar Deportiva? (P.E.D.) y sus condiciones para la competici?n
Es fundamental separar la Pr?ctica Escolar Deportiva (P.E.D.) de cualquier tipo
de ideolog?a recurrente, para ello, es necesario desvincularla del estatismo
institucional ya establecido, que siempre transmitir? su ideolog?a. Para ello, proponemos los siguientes criterios:
-Incluirla dentro del horario escolar y con tiempo suficiente.
-En instalaciones no necesariamente reglamentarias, ya poder ser dentro de
la propia instituci?n escolar, o en colindantes.
-Cada sujeto competir en el mayor n?mero de especialidades institucionalizadas y no
institucionalizadas.
-Modificar seg?n criterios pedag?gicos las reglas del deporte, que no deben
desvirtuar su esencia, y sobre todo su normativa de competici?n.
-Implicar a la familia en labores de organizaci?n, gesti?n yarbitraje.
-Relacionarla con otras manifestaciones competitivo-culturales de otras
materias escolares.
-Eliminar de ella todos los elementos que la identifiquen con los deportes
institucionalizados, uniformes, jueces y ?rbitros federados, clasificaciones
convencionales, categor?as de los contendientes atendiendo s?lo a la edad,
instrumentos reglamentarios, trofeos y distinciones tradicionales, etc.
La competici?n as? construida lograr? los objetivos pedag?gicos dirigidos al sujeto, para configurar su
personalidad ag?nica, satisfaciendo sus necesidades individuales.
La ?Pr?ctica Escolar Deportiva? (P.E.D.) y sus condiciones de entrenamiento
Aunque decimos condiciones de entrenamiento utilizando terminolog?a cl?sica,
son realmente las connotaciones que debe tener en cuenta el entrenador durante
las pr?cticas de cada d?a, con el objeto de crear en ellas un ambiente y unos objetivos pedag?gicos compatibles con las condiciones que se
logran en la referida competici?n.
Las sesiones, para obtener una adecuaci?n individualizada a la competici?n,
deben equilibrar el componente ag?n con los componentes ludus y eras, para poder construir tareas que permitan al
deportista conformar su personalidad. Para ello, el entrenador deber? tener una formaci?n pedag?gica
s?lida que le permita:
-Proponer situaciones para la activaci?n perceptiva del deportista y estimular
la identificaci?n plena de la informaci?n que dispone, as? como su tratamiento polarizado en el fen?meno deportivo que se
trate.
-Disponer de una gran variabilidad de formas jugadas con muy diferentes estructuras internas para
ponerlas a disposici?n del deportista en sus pr?cticas.
-Construir propuestas de tareas que contengan ?bloques tem?ticos" comunes a varias especialidades
deportivas, y promover su aplicaci?n individual espec?fica como elementos de actividad personal.
-Recurrir continuamente a la auto-observaci?n, al auto-control y la auto-evaluaci?n del ejecutor.
-Estimular al deportista para dise?ar sus propias pr?cticas y organizar o
controlar las de los que con ?l comparten la actividad.
-Incluir elementos de variaci?n temporal en todas las tareas, una vez reconocidas por el deportista en
su dimensi?n espacial.
-Crear situaciones que estimulen la toma de decisiones a nivel individual, y
colectivo, en ?mbitos muy diferentes, con normativas estables e inestable,
pactadas e impuestas.
-Permitir e incitar a interpretar y comunicar las situaciones vividas, por muy
diferentes canales, estimulando aquellos que menos sean utilizados individualmente.
-Analizar la pr?ctica individual lo m?s objetivamente que le permitan los medios que logre disponer, y
ponerla a disposici?n del ejecutor.
Podr?amos ampliar todas estas propuestas y a?adir muchas m?s, pero consideramos que el lector
tiene informaci?n suficiente, con lo hasta aqu? expuesto, para entender el ambiente que debe presidir
en las pr?cticas construidas con estos criterios.
La ?Pr?ctica Deportiva Escolar ? (P.D.E.) y sus condiciones para la competici?n
Por ser pr?ctica minoritaria en al ?mbito escolar, ya que s?lo debe ser practicada por los individuos
con talento, su entorno competitivo debe configurarse con aproximaciones sucesivas hacia el modelo
dominante en la especialidad que se trate. No importa que se instale en el l?mite de lo educativo, pues
el practicante de esta opci?n ya ha realizado el otro deporte (P.E.D.) y debe compatibilizar los dos,
mientras su implicaci?n en ?ste se lo permita, pero siempre ha de ser suficiente
para que su educaci?n pueda ser correcta. Creemos que debe ser el entrenador de
la Pr?ctica Escolar Deportiva (P.E.D.) y el propio deportista quienes conjuntamente
decidan el paso a la Pr?ctica Deportiva Escolar (P.D.E.) y su desvinculaci?n total
de la Pr?ctica Escolar Deportiva (P.E.D.). Las formas competitivas de esta opci?n
deben estar construidas siguiendo estos criterios:
-Debe ser realizada fuera del horario escolar y en instalaciones reglamentarias, aunque puedan ser
modificadas.
-Cada sujeto competir? en varias especialidades afines para progresivamente concentrarse en una
sola.
-S?lo deben modificarse las reglas de la competici?n, nunca las del juego.
-Someterse al arbitraje federativo, si bien ?ste debe ser modificado del estado actual.
-Incluir progresivamente los elementos de identificaci?n ya institucionalizados, para poder contrastar
la adaptaci?n individual a ellos.
La posibilidad individual de adaptaci?n consciente a estas condiciones permite
al individuo asumir el compromiso de forma progresiva, pero como contin?a vinculado, durante las primeras fases, a la
Pr?ctica Escolar Deportiva (P.E.D.), si no se encuentra atra?do por estas condiciones, puede regresar
sin traumas a esa pr?ctica, de la que no se siente desarraigado.
La ?Pr?ctica Deportiva Escolar? (P.D.E.) y sus condiciones de entrenamiento
Estas condiciones mantienen alta semejanza con las del entrenamiento profesional y para ?l deben
preparar al deportista.
No podemos romper con el ambiente de la Pr?ctica Escolar Deportiva (P.E.D.)
pero nos vamos alejando paulatinamente de ?l. La formaci?n pedag?gica del entrenador ser? fundamental para
mantener ese ambiente en el desarrollo de las sesiones. No se trata de educar a esa persona, se
intenta que esa persona educada logre ser un deportista de ?lite en una determinada especialidad y,
si tiene suficiente talento, pueda ser profesional en aquel deporte durante el tiempo que su naturaleza,
formaci?n y porque no, suerte, se lo permitan. Pero, ese deportista, cuando
est? en su pr?ctica, tiene, irremisiblemente, que haber completado su educaci?n
con la ejecuci?n de la Pr?ctica Escolar Deportiva (P.E.D) porque tanto durante,
como despu?s de ella, deber? ser una persona bien educada.
El entrenador de esta opci?n deber? construir, junto con el deportista, un
modelo de relaciones interpersonales que permitan elaborar tareas con, entre otros, los
siguientes criterios como m?s significados:
-Descubrir la estructura del juego e interpretarla de muchas formas, desarrollando aquella en la que
ambos coinciden, para que pueda as? florecer con toda la fuerza el talento individual.
-Ofrecer al deportista la mayor cantidad posible de informaci?n objetiva, tanto
en relaci?n a su ejecuci?n, como a su resultado, pero estimul?ndolo para el
acceso a esa informaci?n por cuenta propia.
-Contrastar los elementos de juicio, con los de auto-observaci?n, para lograr
la auto-afirmaci?n en base a resultados reales.
-Construir modelos de pr?ctica que sean estructurales, no monol?ticos unidimensionales, pues as? se
evitar? el anquilosamiento t?cnico. Estos modelos estructurales ser?n el desarrollo de aquellos
?bloques tem?ticos" de la Pr?ctica Escolar Deportiva (P.E.D.).
-Proponer modificaciones temporo-espaciales a todas las adquisiciones motrices, incitando a su
auto-exploraci?n para crear un deportista con opciones creativas, no estandarizadas.
-Situar al deportista en interacciones individuales, o grupales, independientemente de la categor?a de
deporte en que se especialice, si bien, progresivamente, ser?n m?s las espec?ficas, para su personal
formaci?n t?ctica.
-Estimular al deportista a que descubra sus identidades personales con las
del deporte que practica para que pueda jerarquizar sus intereses al modo
como los ha constatado en la pr?ctica real.
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